En Santiago llueve y la nostalgia llega a las ventanas de la biblioteca. La imagen inexorable de unas sopaipillas pasadas con té se viene a mi cabeza y también esa entrañable lectura de las Enciclopedias Salvat (o los típicos Monitor) durante las tardes de lluvia. Saco algunos facsículos del archivo que tengo para recordar los preciosos restos de la memoria de una tarde de lluvia.
Feliz Viernes
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